martes, 14 de julio de 2015

A FAVOR DEL DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN, EN CONTRA DE LA INDEPENDENCIA DE CATALUNYA

La renuncia del PSC a presentar el derecho de autodeterminación en su programa a las previsibles elecciones del 27 de septiembre no puede interpretarse como un signo positivo del socialismo catalán y mucho menos del socialismo español. Tanto desde el PSOE como desde el PSC se argumenta que el federalismo, que Esquerra Socialista ha defendido desde 1981 a pesar de ser reciente su adopción por ambas organizaciones en su discurso oficial, sólo puede alcanzarse en España mediante una reforma de la actual Constitución, la cual se pretende someter a referéndum en todo el Estado. Asumiendo que es necesario un acuerdo previo con el Partido Popular con el fin de hacer realizable esta reforma, esta posibilidad ofrece de antemano serias dudas de ser factible.

Por el contrario, desde ESC sostenemos que la reforma del Estado hacia una República Federal Española, y de carácter laico, hubiera resultado enormemente fortalecida si hubiera sido sometida a consulta en Catalunya en 2014. Como expresión libre y democrática debería ser haber contado con el apoyo del PSC y del PSOE, y hubiera existido la posibilidad de que la mayoría de la sociedad catalana manifestase su preferencia por la unión federal con el resto de naciones y regiones que conforman España antes que la separación unilateral, prevaleciendo así la propuesta de PSC frente a los bloques independentista y reaccionario en los que se sitúan los diversos partidos del arco parlamentario catalán, tanto de izquierda como de derecha, incluso aquellos que dada su juventud aún no se encuentran representados parlamentariamente y mantienen un discurso ambiguo sobre esta cuestión tan crucial para nuestro futuro. Independientemente del resultado, el socialismo tenía la obligación de alinearse siempre con la expresión libre y democrática de la ciudadanía catalana.

Por otro lado, la reforma territorial que el socialismo catalán persiga para la clase trabajadora catalana debe indefectiblemente definirse en clave republicana. Mantener una jefatura del Estado en manos de la monarquía perpetúa la inequidad y la injusticia en nuestra sociedad. El socialismo, defensor de la libertad y de la igualdad, no puede ser punto de apoyo de una institución que por naturaleza es el emblema de lo que desde el socialismo debemos combatir. ¿Se pretende llegar a un Estado federal bajo la forma monárquica y previo acuerdo con la derecha nacionalista española?.  No sólo esta opción aparece como poco plausible, sino contraria de todo punto a los intereses de clase que debemos defender.

Durante demasiado tiempo el socialismo español ha mostrado connivencia con la monarquía y el sistema capitalista y el nacionalismo centralizador que la sustentan. En la actualidad, cuando el descrédito de esta institución y de capitalismo son tan elevados que el descontento social ha estallado, facilitando el auge de organizaciones políticas de nueva creación, es más necesario que nunca devolver las instituciones a la ciudadanía, alejarlas de la corrupción y el clientelismo. Es por ello que desde ESC consideramos como un error atar nuestro proyecto territorial para España a una inalcanzable reforma de una Constitución que requiere del beneplácito tanto de la monarquía como del principal partido de la derecha española.

El socialismo catalán, y por descontado el español, debería estar siempre del lado de la libertad y la democracia, y liderar el deseo de cambio que la nación catalana lleva tiempo manifestando. Al no hacerlo hemos dilapidado tanto la credibilidad de la organización como las opciones de convencer a la mayoría de la sociedad catalana de que la reforma federal y republicana del Estado es el mejor camino para defender los intereses de trabajadores y trabajadoras, siempre en unión con el resto de trabajadores y trabajadoras del resto de España, mediante un Estado Catalán libremente federado con el resto de naciones y regiones en el que pudiéramos poner en práctica un proyecto socialista, anticapitalista, republicano, defensor de la igualdad y la justicia social y enemigo de la pobreza.

El derecho a decidir o el derecho de autodeterminación de cualquier nación debe contar siempre con el apoyo del socialismo en virtud de la defensa que nuestra ideología debe ejercer de la libertad de los pueblos y naciones de cualquier continente. No puede nunca rehuirse esta cuestión ni nuestro posicionamiento claro y sin ambigüedad, si bien siempre debe enmarcarse esta defensa en el marco de la unión de los y las trabajadoras de todas las naciones de forma que este derecho beneficie siempre, como objetivo primordial e irrenunciable, el interés de la clase trabajadora internacional.

Acudimos por tanto a la cita con las urnas en Septiembre habiendo equivocado el camino, tanto desde una perspectiva ideológica como programática, a causa de la carencia de la primera y la antigüedad de la segunda.

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